viernes, 30 de marzo de 2012

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Me arrancaría el cabello
sin rubor y sin comerme, pelo a pelo,
la memoria.

Me arrancaría el cabello

y después degustaría la sangre de mis manos
sin otro cuenco, sin otra jarra,
bebería cuantos lunares aparecieran.

Me arrojaría a la vaga presencia de las palomas,

desecaría cuanto quepa mi dentadura
y llovería, aplacaría el calor de mi cerebro.




© Ramón Ataz

2 comentarios:

  1. Resuena el poema con ecos de llamadas a ser auténtico, a vida verdadera en esa furia de palabras. Aplausos.
    Salud.

    Julio G. Alonso

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    1. Hola, Julio: El poema intenta ser más sensorial que lógico, salir de dentro. Como tantos poemas es más intención que resultado, y por eso me alegran y te agradezco tus palabras, siempre amables y generosas. Gracias por pasar de nuevo por aquí.

      Un abrazo.

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